Por el Mago Merlín
Por el cronista encantado del reino de la 4TEn el metaverso de los hechiceros de la política, ocurrió un prodigio que asombró a propios y extraños: un mago sin varita, llamado Cuitláhuac García, logró desaparecer 2,666 millones de pesos sin usar ni un gramo de polvo de hada… sólo contratos irregulares, proveedores fantasma y adjudicaciones directas.
Así lo reveló la Auditoría Superior de la Federación, que no practica magia, sino números. Y aún así, no faltó quien —desde el trono imperial de Palacio— pronunció el hechizo del perdón automático:“Es un hombre honesto”, dijo la presidenta Claudia Sheinbaum, con más fe que pruebas.
Y como si se tratara de un pase de varita mal hecha, ¡zás! Cuitláhuac fue ascendido a director del CENAGAS, porque en el metaverso de la 4T, los daños al erario no descalifican, certifican.
Mientras tanto, en Veracruz, la nueva hechicera del trono estatal —Rocío Nahle, la Reyna del Sur de las camionetitas encantadas— guarda un silencio sepulcral.No se le ha visto lanzar conjuros contra su predecesor. Al contrario: pareciera que comparte ingredientes del mismo brebaje. Uno hecho con pactos, impunidad y frases vacías.
24 denuncias penales por anomalías y contratos truchos ya duermen el sueño eterno en las mazmorras burocráticas.Pero aquí en el metaverso del Mago Merlín, no todo es ilusión:Veracruz no olvida. Veracruz exige claridad.
Yo, Merlín, el de la túnica crítica, levanto mi báculo para decir:Mea culpa, pueblo encantado, por haber creído que el cambio venía sin precio. Mea culpa por aplaudir hechiceros que resultaron contadores del caos.
Que se escuche el conjuro final:¡Transparencia! ¡Justicia! ¡Y que no vuelva a gobernar la corrupción disfrazada de honestidad valiente!
